Vais a terminar cogiéndome manía, pero catorce días después del episodio con un expresidente como protagonista, me voy a calzar otro con otro expresidente. No se si les tengo manía o fobia o es que en la realidad española lo de los ex presidentes está demasiado presente, como si no hubieran tenido suficiente con lo suyo.
El caso es que hoy ha sido Trending en el Twitter español el señor Artur Más. El expresidente de Catalunya, juzgado en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya por un delito de convocatoria de un referendum ilegal, ha sido considerado culpable de las acusaciones y condenado a dos años, no de cárcel, sino de inhabilitación para el ejercicio de un cargo público. La noticia ha tenido una amplia repercusión, porque esto de que los ciudadanos que han sido elegidos por el pueblo sean condenados por delitos llevados a cabo durante su período al frente de un País, es un hecho serio y bastante insólito.
El propio ex president ha considerado que la justicia no ha obrado de forma correcta con él y considera que es la española una justicia que no mide a todos por el mismo rasero.
Recordemos que el señor Más convocó un referendum para preguntar a los ciudadanos de lo que legalmente es aún la Comunidad Autónoma de Catalunya, si querían seguir siendo una Comunidad Autónoma legalmente perteneciente al Estado Español o decidían la independencia. La pregunta era mucho más compleja, pero finalmente este era el planteamiento, simplificando mucho.
Rotundo éxito del señor Más y de toda la antigua Convergencia de Catalunya la sentencia del más alto juzgado catalán. De forma casi gratuita, dos años de inhabilitación como cargo público para un señor que ya no es y no necesita ser cargo público, a cambio de la subida a los altares de la Patria.
Conocemos los argumentos históricos de unos para explicar la pertenencia histórica de lo que hoy conocemos como Catalunya a la España del reino Aragonés, las explicaciones de los otros de los éxitos de la batalla de tal o la de cuál y así podríamos pelear dialécticamente sobre si una parte del actual Estado Español es España o no en función del momento histórico que elijamos. Es como cuando en Juego de Tronos nos muestran una u otra legitimidad en el Trono de Hierro en función de quién dispone de la vara de mando de cada momento y, por lo tanto, de quién cuenta la historia oficial y quien es un outsider sin razones legales.
Con todo y con eso, no me parece la cuestión fundamental. Ni la rigidez de los estados para facilitar estas consultas y dialogar como personas, tampoco. Yo hoy vengo aquí a ser fiel al hagstag del día que no es otro que Artur Mas. Y es ahora cuando os explico la rotundidad de su éxito hoy.
Pero, por un ratito, un poco de historia para explicar la coherencia de este tipo. Convergencia pidió el voto a favor de la Constitución Española de 1978. El partido del señor Más votó a favor de la Constitución Española y de las legitimidades que otorgaba, incluida la pertenencia de Catalunya al sujeto político conocido como España.
Pero, y esto es lo más importante, sobre todo una constitución que reconoce que la soberanía reside en el pueblo español. No habla del pueblo vasco o del catalán. Hubo otros partidos como Esquerra Republicana de Catalunya que rechazaron aquella Constitución y la combatieron y siguen haciéndolo. Que nunca aceptaron la legitimidad de aquél referendum porque eran contrarios a reconocer a Catalunya formando parte del sujeto político conocido como España.
Así que señor Más. A otro con esa cortina de humo. No me puedo imaginar su nivel de placer erótico al oir la sentencia y sentir como una energía de santidad patriótica entraba en su cuerpo político dejando salir por salva sea la parte, las pestilencias de su presidencia corrupta. De qué manera se ha envuelto en …