The Good Word

Lunes de la II semana de Pascua, P. Tomás "Martín" Deely, CSR
Recordando Nicodemo
El nombre de Nicodemo siempre me trae dos cosas. Primero el nombre de Nicodemo me hace recordar un momento de gran bochorno y tristeza que viví yo una vez. Pero segundo el nombre y sobre todo la persona de Nicodemo hace trae también un recuerdo muy feliz. Te explico. Celebramos la semana pasada la resurrección de Jesús a una Nueva vida. ¿Recuerdas tu quien que la persona que tuvo la valentía de pedir de Pilato el cuerpo de Jesús para entonces enterrarlo en su propia tumba? Fue el mismo Nicodemo. Así parece que Nicodemo llegó entender y vivir lo que Jesús le enseñó sobre renacer de lo alto'. Ahora les digo mis dos recuerdos sobre el nombre de Nicodemo. Hoy tengo los 85 años. Pero cuando yo tenía apenas los 23 años estaba tratando de dar catequismo a un grupo de jóvenes. No tenía mucho éxito. Porque cuando pronuncié el nombre de Nicodemo ellos se reían como loco. Y cuando les di la espalda me tiraban bolitas de papel llenos de saliva. Uno de ellos yo sabía fue el líder. Le dije: “Por favor. Dígales que se porten bien”. Pero él no hizo nada. Fue un momento duro para mí. Pero unos dos meses después me dijeron mis sacerdotes superiores. “Hay un joven en la cárcel que quiere hablar contigo”. Yo fui a la cárcel. El joven fue el mismo que no quería decirles a sus compañeros que dejaran de hacer desorden. La policía lo había captado trayendo cerveza ilegal en el baúl de su carro. Me admitía que él tenía un papá que mas nunca cuestionó su mala conducta. Me dijo que, aunque no me había hecho caso con los jóvenes que él había sido impresionado con mi forma de pedir su ayuda. Así que siempre cuando pienso o hablo sobre Nicodemo pienso en esos dos momentos, uno de tristeza y el otro de gran alegría y sorpresa al ver como Dios actúa en las personas como hizo en Nicodemo y en mi amigo cuyo nombre ni recuerdo.
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