The Good Word

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Martes de la I semana del tiempo ordinario, Manny Rodriguez, C.Ss.R.

February 09, 2024

Queridos hermanos y hermanas en Cristo.

Bienvenidos (as) a este “podcast”, LA BUENA PALABRA, con el cual los Misioneros Redentoristas de la Provincia de Baltimore les traen la Buena Nueva de Jesús cada día. 

 

Soy el Padre Manuel Rodríguez, redentorista, de la Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Brooklyn, Nueva York. Hoy es el viernes,

9 de febrero de 2024, de la quinta semana del Tiempo Litúrgico Ordinario.

Hoy, reflexionamos sobre el pasaje del Evangelio según San Marcos, capítulo siete, versículos 31 al 37.


En este evangelio, Jesús realiza un milagro extraordinario al sanar a un hombre sordo con dificultades en el habla. En esta breve pero poderosa narrativa, encontramos lecciones profundas que resuenan en nuestras vidas diarias. Permítanme señalar cuatro de estas lecciones:


La primera lección/la importancia de escuchar: El hombre sordo que nos presenta el Evangelio simboliza a muchos de nosotros que, en ocasiones, estamos sordos a las voces de Dios y a las necesidades de los demás. ¿Cuántas veces hemos cerrado nuestros oídos al llamado del Señor o a las palabras de aquellos que nos necesitan? Jesús nos invita a abrir nuestros corazones y oídos a su Palabra y a los clamores de aquellos que nos rodean.


La segunda lección/el toque sanador de Jesús: Observamos cómo Jesús toca los oídos del hombre y luego su lengua. Este gesto no es simplemente un acto físico, sino un símbolo profundo de cómo el amor y la gracia de Cristo pueden sanar nuestras heridas más profundas. Jesús quiere tocar nuestras vidas, liberarnos de nuestras limitaciones y permitirnos hablar con palabras de amor, compasión y verdad.


La tercera lección/el silencio significativo: Es interesante notar que Jesús pide a las personas que no hablen sobre este milagro. Este silencio apunta a la humildad y al hecho de que las acciones de Jesús hablan por sí mismas. A menudo, nuestras acciones dicen más que nuestras palabras. A través de nuestras obras de amor y servicio, podemos ser testigos silenciosos del poder transformador de Cristo en nuestras vidas y en las vidas de los demás.


La cuarta lección/la llamada a proclamar: Aunque inicialmente Jesús pide silencio, el hombre sanado no puede contener su emoción y comienza a proclamar lo que Jesús ha hecho por él. Esta respuesta resalta la difícil tarea de guardar silencio cuando hemos experimentado la gracia de Dios en nuestras vidas. Somos llamados a compartir con valentía las maravillas que Dios ha obrado en nosotros, convirtiéndonos así en instrumentos de su amor y misericordia.


En conclusión, hermanos y hermanas, que la lectura de hoy nos inspire a abrir nuestros oídos al llamado de Dios, permitiendo que Jesús toque nuestras vidas y nos libere de las limitaciones que nos impiden proclamar su amor al mundo. Que seamos testigos vivos de la gracia de Cristo, compartiendo con alegría la Buena Nueva con todos los que nos rodean.

Que así sea. Amén. Que Dios nos bendiga.