Som la música

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Som Cultura: El pam de Déu

October 09, 2019

La leyenda del ‘Pam de Déu’ cuenta que, hace muchos años, la actual cumbre donde está la ermita de Santa Anna y el peñasco de la ermita del Puig eran parte de una misma sierra, sin separación alguna, y que las ermitas estaban situadas una frente a la otra, separadas sólo por una explanada polvorienta. En aquel tiempo lejano vivían dos ermitañas que cada mañana salían a la plaza de las respectivas ermitas y competían entre ellas para ver cuál de las dos levantaba la polvareda más irrespirable y, entre otras cosas, quién enviaba más polvo dentro la ermita de la otra. Todos los días se armaba una buena, entre lo mencionado y los tacos y blasfemias que se lanzaban la una a la otra, estando continuamente, a todas horas, a “mátame y te mataré”.



Los habitantes de poblaciones de los alrededores –Xàtiva, Llosa, Llocnou de Sant Jeroni, la Torre, Barxeta y el Genovés-, pueblos de gente labradora, piadosa, prudente y laborables, se hacían cruces y se echaban las manos a la cabeza del carácter descabellado de aquellas dos mujeres. Cualquiera de los alrededores estaba pasmado. De hecho, ya ni se atrevían a subir nada a las ermitas. Evitaban aquel lugar porque temían caer en medio de las constantes peleas que movían las ermitañas. Aquella situación de pelea continua los tenía requemados, y no dejaban pasar la ocasión de orar a Dios para que pusiera paz en el alto de la sierra.



Y tantas veces lo imploraron, que al fin Dios se hizo eco de sus súplicas. ¿Y qué hizo Dios? Dejó caer su mano divina y colosal sobre la sierra y la escindió en los peñascos que se conocen, separando las ermitas.



En la actualidad, tras el manotazo, fue tal el golpe que ambas se desplazaron para alejarse, entre sí, unos 4,4 kilómetros en línea recta. Dicha distancia ha servido para que los lugareños asegurasen que la palma de la mano de Dios mide 4,4 kilómetros o, dicho de otra manera por los lugareños: entre Santa Anna y el Puig hay justito “un palmo de Dios”.