Predicaciones y Sermones Cristianos Qué Cambiará Tu Vida
La Bendición de Diezmar – Pastor Alejandro Ruíz
La bendición de diezmar
Malaquías 3:6-12
6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?
8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.”
El libro de Malaquías es el último libro del Antiguo Testamento, después de Malaquías hubo un silencio de 400 años. La palabra de Dios se despide con el pago de los diezmos y después hubo 400 años de silencio.
Dios bendice a los cristianos que diezman, que oran, que leen la palabra de Dios, que vienen a la iglesia que sirven, que se involucran. El pago de los diezmos es algo que Dios ha mandado, no es idea de ningún hombre. Dios así lo planeó. La verdad es que Dios no necesita de nuestros diezmos, no necesita de nosotros, pero hay una obra terrenal entre los cristianos que sí necesitan los diezmos para que la iglesia siga adelante. Dios quiere ejercitar nuestro corazón.
Malaquías 3:6-7 dice: “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?” El pueblo de Dios, Israel había pasado por muchos problemas, ya había pasado el tiempo de los jueces y reyes y hemos leído que cuando eran bendecidos por Dios poco a poco se iban apartando de Dios, y otra vez venían castigos, consecuencias y otra vez el pueblo de Dios volvía nuevamente a él. Y parecía que el pueblo estaba jugando con Dios, como diciendo: Si me bendices, me acerco; y si estoy bendecido, me empiezo alejar. Así iban y venían, el pueblo de Dios estaba jugando con él y ya se habían hecho religiosos, se habían acostumbrado a sacrificios, a fiestas, pero su corazón ya no estaba involucrado en ello. Hay una parte del libro de Isaías donde dice que los sacrificios que hacían le daban asco a Dios, él quería su corazón, que quisieran estar en sus caminos.
Dice Malaquías 3:6 “Porque yo Jehová no cambio” Dios no cambia, Él es eterno, su palabra no cambia, pero desafortunadamente nosotros como cristianos si cambiamos. Algunos podemos ser de doble ánimo. De repente estamos bien y luego nos desanimamos y para que un cristiano se desanime no se necesita mucho, con poquito se anda desanimando, es bien difícil animarlo, pero para desanimarse con una simple mirada. Dios no cambia, sus promesas no cambian.
“…hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes,” Ya hemos leído la palabra de Dios en otros años y qué bendición que la volvemos a leer, pero qué triste que nos empecemos a apartar de Dios, “ y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros,” Si nosotros nos volvemos a Dios, él se vuelve a nosotros. Y el pueblo dijo “¿En qué hemos de volvernos?” Ellos estaban confrontando a Dios y podemos leer el libro de Malaquías y Dios hace varias preguntas y Dios les pudo haber dicho muchas cosas como vuelvan a leer la palabra de Dios, vuelvan a su primer amor,