Predicaciones y Sermones Cristianos Qué Cambiará Tu Vida

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Alcanzando El Corazón De Nuestros Hijos | Parte III – Misionero Kevin Taylor

October 05, 2020

Alcanzando el corazón de nuestros hijos
Estuve leyendo un libro del pastor y consejero estadounidense Paul Tripp. Él ha escrito mucho sobre la crianza de los hijos y él tiene un libro que se llama 14 principios en el evangelio para los padres, leí ese libro y él menciona en un capítulo sobre nuestra  tendencia como padres de no obtener el corazón pero si querer controlar a nuestros hijos en diferentes maneras. Él puso estos ejemplos: Sarón es una madre que tiene una jarra y cada día que sus hijos se portan bien echa una moneda de 25 centavos y cuando se llena la jarra lleva a sus hijos a Mcdonalds para comer su cena favorita. ¿Ayuda al comportamiento? sí esa motivación va a ayudar a su comportamiento. Santiago tiene dos hijos jóvenes que compartían una recámara pero constantemente estaban peleando y él decidió sacar un prestamos de dos millones de pesos mexicanos y construir un cuarto extra para que cada quien pudiera tener su propia recámara. Añadió una recámara pero no cambió el corazón de nadie y él estaba controlando (ojalá) el comportamiento de los hijos. Rebeca es una madre que creó algo llamado “las cenas de silencio del día sábado”. Ella tuvo cuatro varones y cuando hay varones hay mucho caos y locura. Ella inventó el día en que los niños no podían hablar para que simplemente los papás pudieran disfrutar de un poco de quietud y silencio y resulta que después los hijos odiaban esa comida porque era un comida donde no podían expresarse y decir nada. Jeny estaba cansada de tantas peleas por el control de la televisión en su hogar, así que ella hizo un calendario específico para que cada niño tuviera el control de la tele y sí, ayudó su comportamiento, ayudó a organizar pero sabemos que todos estos métodos son solamente para cambiar el comportamiento y la conducta de nuestros hijos.
Jared era un joven que sus padres tenían solo reglas pero sin relación cercana y él confesó que él no pudo esperar el día que él iba a ser suficientemente maduro para salir de su casa y estar fuera del control de sus padres. Elizabeth odia la manera en que su mamá la hace vestir y en muchas casos cuando sale de casa, en su mochila hay otro cambio de ropa porque no le gusta el control de su mamá. No me tomen esto equivocadamente porque Paul Tripp comenta sobre esto y quiero también dar mi aprobación de lo que él dice. Él dijo esto: “No todo lo que estos padres están intentando están mal, estas cosas son buenas y positivas pero son incompletas. Todo el intento de controlar la conducta de nuestros hijos es bueno pero es incompleto. Nuestros hijos necesitan ser controlados absolutamente, pero ¿controlar el comportamiento de sus hijos será suficiente como meta? Absolutamente no.” Porque Salomón dice que más allá de la conducta hay un corazón y el padre sabio puede entender esto y no solamente usar diferentes métodos para controlar la conducta, pero va a tener como meta el alcanzar el corazón de sus hijos.
Proverbios 23:26 dice: “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” La pregunta es esta: ¿Hay maneras prácticas que nosotros podemos empezar a tratar con los corazones de nuestros hijos? Sí. La Biblia revela que la vida cristiana no es mística es práctica. Hay pasos que podemos hacer para alcanzar los corazones de los hijos y tenlo por cierto que si haces estas cosas, Dios puede usar tus esfuerzos para alcanzar el corazón de tus hijos pero si ignoras esto y si solamente estás contento de cambiar la conducta lo puedes hacer, tienes dos opciones: Corazón y conducta. Pero yo no quiero cambiar solo la conducta sino que Dios cambie el corazón a través de mi ministerio a mis hijos porque cuando el corazón cambia también la conducta. Si vamos por el corazón obviamente con el tiempo la conducta va a cambiar pero si sólo usamos métodos carnales y egoístas para controlar la conducta eventualmente es posible tener conducta y no corazón y a veces ni conducta, después salen de casa todos rebeldes.