Predicaciones y Sermones Cristianos Qué Cambiará Tu Vida
La Humildad – Hno. Abraham Morales
La Humildad
1 Pedro 5:2-6
2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
Dice la palabra de Dios en el versículo 5 “revestíos de humildad”. Cada día tenemos que revestirnos de humildad, es una virtud que Dios quiere darnos, necesitamos ser humildes “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos” y joven tienes que respetar a los ancianos, no les contestes mal. Se ha perdido eso con los jóvenes y niños. En los pueblos aún hay esa cultura de respetar a los ancianos, los tienen en alta estima, pero ahora los jóvenes y niños no les hacen caso. Un adulto le dice a un niño: “haz esto” y el niño se le queda viendo así como ¿por qué me manda?, eso quiere decir que el niño no tiene un corazón humilde. Niño debes de tener un corazón humilde y para tenerlo debes estar sumiso a los ancianos, a tus padres, a veces no quieres porque no eres humilde, eres soberbio, orgulloso y arrogante.
Humildad viene de humus que significa tierra, en otras palabras bajeza, entonces una persona humilde es una persona que no está por encima de los demás. Necesitamos aprender a ser humildes.
Consecuencias que nos trae el no ser humildes.
1. Vamos a ser avergonzados
Vamos a ser avergonzados si nosotros no somos humildes, necesitamos ser humildes. Ester 6:6-12 “Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón:” No lo dijo, lo tenía en su corazón, se sentía como que él lo merecía todo. Joven, a veces te sientes que mereces todo, que tu papá te dé todo lo que quieres y a veces también somos así delante de Dios, pensamos que lo merecemos todo. “¿A quién deseará el rey honrar más que a mí? Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey, traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey. Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho. Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey. Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.” Amán se fue avergonzado. Si no somos humildes tarde o temprano Dios nos va a poner en vergüenza y no solo en vergüenza con unas poquitas personas sino con muchas. El pueblo sabía que Amán no quería a Mardoqueo y él tuvo que pasear a Mardoqueo. Si seguimos con nuestro orgullo y soberbia, Dios nos va a poner en vergüenza.
2. Vamos a perder lo que Dios nos ha dado
Daniel 4:28-31 dice: “Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey,