En esta clase vamos a aprender las bebidas más típicas de Argentina. Aunque algunas son más populares y ricas que otras, gracias a la variedad de ingredientes y técnicas que se utilizan para hacerlas, es posible degustarlas de forma diferente cada vez que se prueban.

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Así como hicimos para dar con los platos típicos, hemos preguntado a amigos y familiares argentinos, buscado en internet e investigado (también de forma empírica) y, al final, nos han quedado tres bebidas que tienen el sello argentino. Aunque algunas de ellas se toman también en otros países limítrofes y no tan limítrofes, se asocian por completo con Argentina. Se trata de:

• El mate;
  
• El fernet con coca;
  
• El vino.
  

Lo discutimos largo y tendido porque contemplamos también otras posibilidades, como la cerveza, la chicha, el submarino y el café (con una carta muy variada, al igual que la de los italianos).

Empecemos con el famoso mate argentino. Esta bebida es tan típica que, si uno se encuentra con un grupo de personas con un mate y un termo, deduce que se trata de argentinos.

Es una bebida caliente que se hace con yerba mate, planta originaria de la zona litoral, de la que se secan, cortan y muelen hojas antes de su consumo.

Su origen se remonta a la época de los pueblos originarios, los guaraníes, que utilizaban la planta para distintas celebraciones, rituales y también como moneda para llevar a cabo sus actividades comerciales entre sí. La yerba nace de un arbusto milenario que crece en las orillas del río Paraná.

El mate se caracteriza por tener un sabor más bien amargo y se puede tomar solo, con azúcar, miel o incluso con una mezcla de otras hierbas para rebajar su acidez. Es similar al té salvo porque al mate se le va añadiendo agua cada vez que se toma un sorbo, es decir, no se infusiona en un saquito.

Su nivel de cafeína tiene un efecto estimulante que nos permite estar despiertos y atentos y, además, tiene un efecto diurético importante debido a la cantidad de agua que se toma con el mate, lo que da lugar a una infusión digestiva y depuradora.

Sin embargo, la función principal del mate es más bien «espiritual» o «ritual», ya que reúne a la gente y se trata de una cuestión social y cultural. El mate reúne tanto a amigos como a la familia, ya que pueden compartir la misma bebida. Durante la época de la pandemia, no se podía compartir y resultó algo muy difícil para los argentinos.

No hay nada como un buen mate cuando estudias para la facultad, te despiertas bien temprano para ir a trabajar o en una salida al parque o la plaza un sábado a la tarde, por ejemplo. El mate es un fiel compañero de los argentinos.

Para poder deleitarse con esta bebida, se necesitan tres herramientas indispensables y, como buena argentina, voy a hablarles sobre la preparación del mate:

1. En primer lugar, tenemos el mate propiamente dicho. Se trata de un recipiente donde se coloca la yerba mate. A lo largo de la historia, se ha hecho de diferentes materiales. En sus orígenes, se hacía a partir de una parte de una calabaza disecada y se denominaba porongo, pero también se han confeccionado mates de plata, de cuerno de vaca, de vidrio, de madera o de acero inoxidable, entre otros. Es hora de colocar la yerba, pero no hay que llenar el mate entero, sino solo tres cuartas partes, es decir, un poco más de la mitad. Después, se forma la famosa pared. Con este fin, se tapa el mate y se le da vuelta para sacar un poco de polvo. Luego se mantiene a 45º y se deja un espacio donde va a entrar el agua y luego la bombilla, es decir, donde vamos a cebar (un nuevo término del vocabulario relacionado al mate).
   
2. En segundo lugar, tenemos la bombilla, que es una especie de «sorbete» de metal, aunque también los hay de plástico. Tiene un filtro en la parte de abajo que se va a colocar dentro del mate y que, de hecho, sirve para tomárselo. Al introducir la bombilla en el mate, debemos tener la precaución de tapar con un dedo la parte de arriba para que no se tapone.
   
3. Y, por último, el termo o la pava donde tengamos el agua con la que vamos a ir cebando el mate a medida que nos lo tomamos. Es muy importante que el agua esté caliente, pero que nunca esté hirviendo porque, si hierve, quema la yerba y le sale un gusto muy amargo y desagradable.
   

Esta bebida única y tradicional nos acompaña desde nuestros antepasados y, hoy en día, sigue siendo típica de Argentina.

Podríamos seguir hablando mucho más sobre el mate, pero vamos a seguir con nuestra segunda bebida típica argentina: el fernet con coca. Es el resultado de la mezcla de dos bebidas y se suele degustar en las salidas y los bares.

El fernet con coca, también conocido como «fernando» o «fernandito», es una bebida que se prepara con mucho hielo, una bebida cola y lo más importante: el fernet.

De hecho, el fernet es una herencia de los inmigrantes italianos que fueron a la Argentina. Se trata de un amaro italiano que, por su sabor a jarabe para la tos (si se toma solo es desagradable), se creía que tenía poderes digestivos. En realidad, no sabemos bien por qué esos italianos aseguraban aquello, pero, con el paso del tiempo, tanto los argentinos como sus descendientes acabaron degustando el fernet con coca.

Esta bebida se popularizó en todo el país, pero la «capital del fernet» y es la provincia de Córdoba. Se sabe que se consumen entre 40 y 45 millones de litros al año y que casi el 80 % de la producción de fernet va a parar a esta provincia. Como dirían los cordobeses: ¡Un montonazo! Otra cosa que es un montonazo es su graduación alcohólica, que es del 45 %, por lo que se recomienda tener precaución a la hora de tomarlo.

Ahora sí, vamos con la última bebida, que es muy icónica de Argentina e, incluso, ha sido declarada la bebida nacional del país. Sí, señoras y señores, me estoy refiriendo al vino argentino.

La vitivinicultura de Argentina cuenta con más de cinco siglos de historia e integra los saberes de los pueblos originarios con la tradición de los inmigrantes europeos.

Comenzó a producirse en la provincia de Santiago del Estero, a partir de las cepas de uva moscatel y «uva país», procedentes de España. La expansión de su cultivo siguió de la mano de los jesuitas y hacia el año 1600 había viñedos en las provincias de Córdoba, Catamarca, La Rioja y Salta.

Argentina es el sexto mayor productor de vino en todo el mundo, que se caracteriza por ser un elemento tradicional de la gastronomía del país. Es difícil imaginarse una cena o un almuerzo, sobre todo si se trata del típico asado argentino, en que falte vino.

Aunque hay de todo tipo de variedades de uva, el vino más tradicional y característico es el Malbec, un tinto hecho a partir de uva Malbec, que produce sobre todo en la provincia de Mendoza.

Mendoza es cuantitativa y cualitativamente la provincia más importante del país en lo que se refiere a producción de vinos argentinos, ya que elabora el 65 % de la producción nacional y exporta el 84 % de las exportaciones totales.

El vino se ha consolidado a partir de hábitos sociales propios de la cultura y la identidad argentinas arraigadas en el ámbito familiar y de la amistad. El día 24 de noviembre del 2010 se firmó el Decreto 1800 que declaró el vino la bebida nacional de Argentina, razón por la cual esa fecha se celebra como el Día del Vino Argentino.

Bueno, queridos amigos de la BurbujaDELEspañol, me emociona muchísimo compartirles un poco más sobre las bebidas típicas de Argentina y los animo a probarlas tanto si tienen la oportunidad de viajar como si tienen un amigo argentino cerca de ustedes; pídanle que les comparta un mate, un fernet o que les regale una botella de vino argentino. Esto ha sido todo por hoy.

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