Valorar el Potencial en los Demás: Como líder, Wendy aprendió a no subestimar el potencial de jóvenes y miembros nuevos, permitiéndoles tener iniciativa e inspiración en su servicio, y reconociendo que podemos aprender incluso de los más pequeños [13:10].

Mirar a las Hermanas con Amor de Cristo: En su rol de presidenta de la Sociedad de Socorro, Wendy se esfuerza por mirar a cada hermana sin prejuicios y con el amor genuino que transforma, ayudándolas a ver y alcanzar su propio potencial [17:19].

El Perdón como Base de Relaciones: El liderazgo implica cometer errores. Wendy enfatiza que la base para unas relaciones sólidas en la Sociedad de Socorro es la humildad para pedir perdón y disculpas cuando se minimizan los esfuerzos de los demás [21:45].

Un Clan Extraordinario: Es vital ser inclusivos y valorar los aportes de todas las generaciones, desde las adultas solteras hasta las hermanas de avanzada edad (“la generación extraordinaria”), cuya experiencia y apoyo incondicional son un gran fortalecimiento [26:18, 51:53].

Servicio Silencioso y Consagrado: El verdadero servicio cristiano implica caminar la segunda milla con consagración de tiempo y talentos, sin esperar reconocimiento ni aplausos. La mayor recompensa es saber que el Señor ha visto el esfuerzo y el sacrificio hecho en secreto [39:23].

El apoyo familiar es el eje central para la tranquilidad y el desarrollo en los llamamientos, especialmente para aquellos miembros que son los únicos en su hogar [41:18].

La forma más efectiva de discipulado es lograr que aquellos a quienes se lidera sientan “calidez, ternura [y] amor” en la presencia del líder, ya que las personas recuerdan cómo se les hizo sentir, no necesariamente lo que se les dijo [56:05].