El capítulo 2 comienza con Pablo enseñando las buenas noticias, pero para enseñarlas con precisión, la gente necesita escuchar las malas noticias. Pablo comparte primero las malas noticias. Existe la idea cultural de que todos somos buenas personas: como hijos de Dios, debemos hacer algo realmente malo para que nos quiten esa condición. "Buenos" es nuestra posición predeterminada, y debemos comportarnos como "malos".

Sin embargo, eso no es lo que enseñan las Escrituras. Comenzamos como aquellos bajo la ira de Dios, y sin Cristo, ahí es donde permaneceremos.