Nuestra nueva mesa de mezclas está que echa humo y desde que grabamos en 3 pistas diferentes somos más inestables que un billar en una lancha motora. Que sí, que sí, que nos damos prisa en grabar muchos más, y tenemos algunos en cola ya programados.

Hola de nuevo y bienvenidos a la nueva temporada de Kafelog. ¿Cuál es la nueva temporada? Da igual, vosotros dejaos llevar. Be water, my friends. Por otro lado, lo sabemos, teníamos que haber publicado antes,

A 38º a la sombra y reaprovechando chistes en el título. Muy bien. Para eso nos pagáis. Ah, no, ya no. Un momento, recapitulemos. Tuvimos que volver a grabar parte del pasado Kafelog #140 porque uno de los cables de la mesa había muerto y no era viable gr

Tras capear problemas técnicos, de salud y de agenda, por fin hemos podido juntar nuestros tres cerebros para formar medio cerebro y grabar este nuevo episodio que incluye un salto temporal de regalo. ¿Que no sabéis a qué nos referimos? Pues escuchad,

Fuimos padres, y como tal, estamos repasando de nuevo los clásicos Disney de nuestra infancia con las nueva generación.  Pero para nuestra sorpresa, no los recordábamos tal que así… Algunos diálogos, escenas y canciones son un poco, sí, machistas. En

Ha llegado la primavera a Kafelog. También los mosquitos y las alergias. ¿No es maravilloso? Seguro que a más de uno se le ha caído una lagrimita. Por la congestión de la alergia, queremos decir. Entre tanta alegría y jolgorio,

Entre Espresso y Espresso, Doppio Macchiato y tiro porque me sube la cafeína. Ya tenemos segundo episodio del año, se nos ha terminado el café y hemos aprovechado para grabar antes de que los niveles de cafeína lleguen a mínimos no deseables.

Hemos aprovechado la visita de un viejo amigo, Rodrigo Fernández —también conocido como @zordor—, para entrevistarlo y conocer algunas particularidades de la cultura japonesa, dado que lleva viviendo muchos años en el mismo Tokio.

Se acabaron las vacaciones. Se acabó la Navidad. Se acabó 2017. Si nos despistamos, se acaba el mundo y el pan de molde, pero no podemos permitir que eso pase, el pan de molde es sagrado. Así que en pos por preservar la cordura colectiva,

Como no tendemos a explayarnos hasta límites insospechados. No, qué va. ¿Nosotros? Jamás. ¿Alguna vez habéis visto que hayamos empezado a hablar sobre cualquier tema aleatorio llenando minutos y minutos de improvisación sin sentido aparente? ¿Y ahora?