En esta conferencia tratamos conceptos esenciales y fundamentales para una reforma bíblica de la liturgia cristiana. Parte del problemática de nuestras asambleas o reuniones que comúnmente llamamos “cultos” es el reduccionismo teológico y definicional de nuestro acercamiento al concepto de la reunión pública de los santos y a lo que muchos llaman la liturgia de estas reuniones. Liturgia es una palabra bíblica que significa obra pública o servicio público. Veamos la definición de la palabra liturgia: El término liturgia proviene del término en latín liturgīa (liturguía), que a su vez proviene del griego λειτουργία (leitourguía), con el significado general de «servicio público», y literal de «obra del pueblo». Incluye a su vez los términos λάος (láos), pueblo, y έργον (érgon), trabajo, obra. Hay varias palabras paralelas en el hebreo del Antiguo Testamento que conllevan la misma idea. Al saber que la liturgia es el servicio público a Dios nos abre nuestra mente a perspectivas no tan limitadas al culto. Este reduccionismo de la palabra liturgia ha impacto el avance de la evangelización y de la Gran Comisión. Vemos comúnmente la liturgia como si fuera algo sólo relacionado a los cultos de domingo. ¡Es mucho más! Vemos que el Apóstol Pablo decía que Dios le había constituido en ministro de Dios a los gentiles. Ministro aquí es la palabra leiturgon (λειτουργον ): Romanos 15:16  para ser ministro (λειτουργός leitourgos) de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando (ἱερουργέω hierourgeō server como sacerdote) a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.) El servicio misionero de Pablo él mismo lo clasificaba como litúrgico y él como leiturgon y sacerdote en esta obra. Así que Pablo no ve el tema sólo como el servicio del culto dominical.

Históricamente ha habido muchos problemas en la Iglesia con el uso y abuso del principio regulativo de la adoración (PRA) debido a lagunas exegéticas en el trabajo teológico de los reformadores y teólogos evangélicos, sin mencionar a los católicos relacionado a la reunión de la Iglesia. Pablo preguntó en 1 Cor. 14: 26a ¿Qué hay que hacer, pues, hermanos? Cuando se reúnan…? Aparentemente Pablo tenía una idea clara del orden del servicio cuando los santos se reunían y que esto se debería llevar a cabo haciendo TODO DECENTEMENTE Y EN ORDEN (taxis: orden de regla militar) Algo que es muy cierto es que no debemos dejarnos de reunir: Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca. Nota amado hermano que este texto es dado en el contexto de la forma que nosotros debemos acercarnos a Dios: Ver Hebros 10:19,20 Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, 20  por un camino nuevo y vivo que Él inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne,

Es importante que aquí dé crédito donde se le merece el crédito ya que varios de los conceptos compartidos en esta conferencia saqué del maravilloso libro por Rousas J. Rushdoony intitulado “Thy Kingdom Come: Studies in Daniel and Revelation” (Venga tu Reino: Estudios en Daniel y Apocalipsis) donde el autor hace un estudio maravilloso del capítulo 4 de Daniel sobre el cual el autor puso el título: “El centro ritual de la tierra”. Rushdoony señala que los paganos y sus imperios y todas las religiones tienen en su system religioso un “centro ritual”. A menudo este centro era un gran árbol o palo. Nabucodonosor soñó con un Arbol grande que llegaba el cielo y Y era visible desde los confines de la tierra. Un árbol que servía de centro cúltico o religioso y del gobierno del mundo entero. En Daniel 4:12 dice Su follaje era hermoso y su fruto abundante, Y en él había alimento para todos. Debajo de él hallaban sombra las bestias del campo, Las aves del cielo hacían morada en sus ramas, Y de él se alimentaban todos los seres vivientes. que daba cobertura a pero también Dios y su reino. Esto nos hace pensar un otro gran árbol que tuvo un inicio muy humilde, como una pequeña semilla que es ahora símbolo del REINO DE DIOS! Mateo 13:31,32 Otra parábola les contó Jesús: «El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32  y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que LAS AVES DEL CIELO vienen y ANIDAN EN SUS RAMAS».

Lo que nos señala el señor Rushdoony es que es el centro ritual verdadero o sí existe en el sentido cristiano o el mundo va a tomar otros centros como su punto de partida y referente y centro de orientación para toda la vida. Su adoración y sus rituales y toda la vida gira en torno a este centro. El centro ritual como concepto humanista si lo vemos desde la óptica bíblica sería el Reino de Dios y el Gran Rey de este reino. La biblia señala que Dios pide que nosotros orientemos nuestras vidas alrededor de él y su Reino. (Mateo 6:33) Y que buscamos cumplir los requisitos que nos permite subir al centro de orientación de la liturgia (obra pública) cristiana el lugar donde él Rey nuestro habita, el Monte de Sión. Sin lugar de duda en el reino de Dios el centro del gobierno de Dios y el lugar de su adoración es el Monte Sión. Veamos algunos versículos entre muchos que afirman esta gran verdad. Isaías 2:1-4 y también véase Salmo 87. En el texto de Isaías notamos que el profeta afirma que todas las naciones van a orientar sus vidas y sus caminos a la Torá o Instrucción de Dios y que el centro o fuente de esta verdad es el Monte de Sión: 3  Vendrán muchos pueblos, y dirán: «Vengan, subamos al monte del SEÑOR, A la casa del Dios de Jacob, Para que nos enseñe acerca de Sus caminos, Y andemos en Sus sendas». Porque de Sión saldrá la ley, Y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. 4 Él juzgará entre las naciones, Y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, Y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, Ni se adiestrarán más para la guerra. La paz mundial solo vendrá cuando esto ocurre. Cuando las naciones se hacen discípulos del Gran Rey que habita en Sión. Tanto es que el Salmista en Salmo 87 dice que los cimientos del reino de Dios está en los montes de Sión. Y que los verdaderos adoradores cuenta su nacimiento en este monte. Dice que Dios mismo lo va a ESTABLECER! Dice que todas las fuentes de Dios se encuentran en este monte: Salmo de los hijos de Coré. Cántico. En los montes santos están Sus cimientos. 2  El SEÑOR ama las puertas de Sión Más que todas las otras moradas de Jacob. 3  Cosas gloriosas se dicen de Ti, Oh ciudad de Dios: (Selah) 4  «Mencionaré a Egipto y a Babilonia entre los que me conocen; A Filistea y Tiro con Etiopía. De sus moradores se dirá: “Este nació allí”». 5  Pero de Sión se dirá: «Este y aquel nacieron en ella»; Y el Altísimo mismo la establecerá. 6  El SEÑOR contará al inscribir los pueblos: «Este nació allí». (Selah) 7  Entonces tanto los cantores como los flautistas, dirán: «En ti están todas mis fuentes de gozo».

Después de todo lo dicho anterior aún nos queda la gran pregunta de Pablo: ¿Cómo es hermanos míos, cuando os reunís? Qué es el orden del servicio a Dios en las asambleas de los santos y qué es lo que debemos hacer? ¿Cómo debemos conducirnos en la casa (οἶκος – oikos) de Dios? (1 Ti. 3:13) La respuesta a esta pregunta muchos de los los reformados llamaron el Principio Regulador de la Adoración. Este principio es un concepto muy importante pero una espada de dos filos y su abuso o malas interpretaciones de las escrituras alrededor de este principio han llevado la Iglesia a lamentables consecuencias y hasta lo que yo llamaría errores muy graves y herejías. Hablaremos más de esto en Parte 2 de este podcast.

Cómo parte de las notas del podcast comparto mis notas en forma de power point y pdf. Qué sirven de ayuda a los ministros de Dios en sus propios estudios del concepto. En Parte dos del podcast voy a compartir una bibliografía pequeña de materiales y ayudas para el estudio de este gran tema con la oración de que todo esto nos lleva a muchas reformas (simper reformandum) y correcciones, ajustes a de nuestra adoración al SEÑOR. Con el fin que agrada a Dios y que ÉL se deleite en su pueblo, la Iglesia.