Lectio Divina Dominical - Cristonautas

Lectio Divina Dominical de Ramos Ciclo A
«Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?»
Hno. Ricardo Grzona, frp
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PRIMERA LECTURA: Isaías 50, 4-7
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 22(21), 8-9.17-18a.19-20.23-24
SEGUNDA LECTURA: Filipenses 2, 6-11
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
-Amén-
TEXTO BÍBLICO: 30
26,14: Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes 26,15: y les propuso:
—¿Qué me dan si se los entrego?
Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. 26,16: Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.
26,17: El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
—¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
26,18: Él les contestó:
—Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos.
26,19: Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.
26,20: Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 26,21: Mientras comían, les dijo:
—Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
26,22: Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno:
—¿Soy yo, Señor?
26,23: Él contestó:
—El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará. 26,24: El Hijo del Hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquél por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
26,25: Le dijo Judas, el traidor:
—¿Soy yo, maestro?
Le responde Jesús:
—Tú lo has dicho. 26,26: Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo:
—Tomen y coman, esto es mi cuerpo.
26,27: Tomando la copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
—Beban todos de ella,
27,1: A la mañana siguiente los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo tuvieron una deliberación para condenar a Jesús a muerte. 27,2: Lo ataron, lo condujeron y lo entregaron a Pilato, el gobernador.
27,3: Entonces Judas, el traidor, viendo que lo habían condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas a los sumos sacerdotes y ancianos, 27,4: diciendo:
—He pecado entregando a un inocente a la muerte.
Le contestaron:
—Y a nosotros, ¿qué? Eso es problema tuyo.
27,5: Arrojó el dinero en el santuario, se fue y se ahorcó. 27,6: Los sumos sacerdotes, recogiendo el dinero, dijeron:
—No es lícito echarlo en la alcancía, porque es precio de una vida.
27,7: Y, después de deliberar, compraron el Campo del Alfarero para sepultura de extranjeros. 27,8: Por eso aquel campo se llama hasta hoy, Campo de Sangre.
27,9: Así se cumplió lo que profetizó Jeremías:
Tomaron las treinta monedas,
precio del que fue tasado,
del que tasaron los israelitas,
27,10: y con ello pagaron
el campo del alfarero;
según las instrucciones del Señor.
27,11: Jesús fue llevado ante el gobernador, el cual lo interrogó:
—¿Eres tú el rey de los judíos?
Contestó Jesús:
—Tú lo[...]